Director espiritual

Con la dirección espiritual, el P. Molina buscaba siempre dar un apoyo sobrenatural y humano en el camino personal de santidad de cada alma, de acuerdo con la propia vocación divina a la que había sido llamada. 

 

«… superar las altas vallas que pone el Evangelio»

«Me inclino a pensar que en vez de hacer fácil el Evangelio, adecuándolo a las auras que corren hoy día, lo que debiera hacerse es tonificar al individuo para que pueda superar las altas vallas que pone el Evangelio. Lo que no quiere decir que se rompa la caña quebrada o se apague la mecha que humea. Pero si deseo tener un equipo de hombres que salven, deben ser fuertes, llenos de salud, resistentes. De lo contrario, en vez de salvar se ahogarán ellos a su vez. Eso es Prodein, o aspira a ser, un equipo que ayude a Jesús a salvar metido de bruces en la boca del lobo. Necesita, por lo mismo, un espíritu lo más cercano a Jesús siguiéndole aun en lo no obligatorio. Me refiero a la perfección que Él propone como aconsejable, pero a la que no obliga».

«…reparemos nuestros pecados y amemos a Jesús…»

«Ten en cuenta lo que decía S. Ignacio que, si no se tienen los deseos de santidad, basta para comenzar el tener deseos de tener tales deseos. Por ello vas bien. Debes animarte sabiendo que la exhortación de Jesús es para todos: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”. Luego puedes alcanzar esa perfección o santidad. Solo, poner los medios.

Esos deseos de santidad deben seguir en aumento hasta que tu vivir sea Cristo y en Cristo, y todo lo demás en tanto lo quieras en cuanto Cristo, que ya vive en ti, lo quiera. Persuádete que hoy lo que el mundo necesita son santos que sirvan a Dios de plataforma para poder salvar. ¿Qué le aprovecha al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?

¡Qué hermoso es quemar la vida por un ideal noble y ser corredentor con Jesús para sembrar en miles de almas semilla de resurrección feliz! ¡Ánimo y siga así amando más y más a Jesús que tanto te amó!».

«Anda en mi presencia y sé perfecto»

«Dijo Dios a Abraham: “Anda en mi presencia y sé perfecto”. Es ciertamente el querer de Dios nuestra santidad. Es de lo que más machaconamente se repite en la Sagrada Escritura y es en lo que con más facilidad nos desanimamos. Quizá porque sentimos en nosotros lo, no diré difícil, sino imposible de adquirir esa santidad. Por nuestra poca fe no sentimos ni deseamos a la par ese querer eficaz de Dios de darnos en abundancia las gracias y tonificaciones interiores necesarias para la adquisición de esa santidad no solo posible sino fácil de adquirir: “Mi yugo es suave y mi carga ligera”. El medio infalible para ello, la lectura-oración con el factor tiempo. Perseveremos tenazmente aplicados a ella.

Dices que tienes deseos grandes, pero que avanzas poco en lo de la santidad. Ten cuidado. Puede ser un juego peligroso e ingratitud la que estés causando a Dios y Él se vaya retirando poco a poco. Me explico: esos grandes deseos podemos considerarlos como llamamientos de Dios que constantemente te sigue llamando. Ese tu avanzar poco puede significar tu ingratitud y falta de correspondencia a ese llamado de Dios. Esto es muy peligroso porque Dios es sensible y poco a poco irá disminuyendo la presión de esas llamadas de la gracia hasta que se hagan ya insensibles y tú ya entregado a una vida e ideal meramente humano más o menos lleno de pecados.

Rumia lo que dijo Dios a Abraham: “Anda en mi presencia y se perfecto”. Esa es la llave de la felicidad. Si Dios entra en nosotros y lo admitimos, con él trae todo el séquito de sus grandes dones tanto para nosotros como para otros muchos que Él tiene dispuesto se salven mediante nuestra entrega.

Un alma que está amando a Dios es la gran bienhechora de la humanidad ya que el daño de la humanidad es que expulsamos a Dios con nuestros pecados y conducta fría para con Él. Al irse Dios se lleva consigo la felicidad y caemos en el primer escalón del infierno. En la práctica eso es este mundo a causa de tanto pecado: el primer escalón del infierno en donde Dios entra solo para salvar. ¡Quiera Jesús hacer de ti. una de esas almas santas que hoy el mundo necesita mediante las cuales pueda Dios entrar en el mundo y con Él el séquito de beneficios que le acompaña!»

«Tiene Vd. obligación de ser santa….»

«Tiene Vd. obligación de ser santa, no solo por Vd. sino para hacer que sus hijos lleguen a la santidad… ¿Cómo va su vida espiritual? Mucho le encarezco que ésta, a pesar de todos los pesares, nunca la deje. Es el único camino por medio del cual Jesús podrá intervenir en sus cosas trayendo la verdadera bendición a Vd. y a su casa. Pero nunca olvide que la verdadera bendición, la que Dios tiene reservada para Vd. y para su familia, puede no coincidir con los bienes y planificaciones que Vd. se hace. Por eso Jesús nos insistió tanto en que todo el que quiere seguirle de verdad que se apreste para llevar su propia cruz, la que Dios le tiene reservada».

«Lo más importante de todo es su vida interior»

«Mucho planificas… Bien está poner la meta muy alta, pero hay que comenzar por los cimientos y el único cimiento es la santidad. Procura ser cada vez mejor aplicándote al vencimiento propio de tal modo que puedas vivir el Evangelio y, viviéndolo, puedas ser portador de salvación.

Lo más importante de todo es tu vida interior. Tu crecimiento hacia adentro. Sin ese crecimiento interior en Dios, son totalmente inútiles nuestros afanes humanos-temporales ya que no fructificarán para el cielo, sino para el infierno. Sé por ello muy fiel a la reforma de vida y a tu plan espiritual. Hoy lo que necesita la Iglesia de Jesús son santos.

Pido al Señor que te conserve y aumente el espíritu evangélico de que hace profesión Prodein. Grande es la responsabilidad del puesto que ocupas. Debes entregarse de firme y, como ocupación principal, a la santidad, a conseguir revestirte de Cristo, teniendo el mismo pensar, sentir y querer que Él o su Santa Madre tendrían si estuviesen en las circunstancias en que te mueves. Debes también servir de ejemplo al resto de los miembros. Dice el gran filósofo Séneca: “El camino es largo por los mandamientos o indicaciones de palabra; breve y eficaz por los ejemplos”».

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